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Beneficios

"Si se descubriera una VACUNA O SUSTANCIA que fuera capaz de prevenir miles de muertes infantiles, que fuera barata, que además se pudiera administrar por vía oral y que no tuviese efecto secundario alguno, sería considerado como algo revolucionario en el campo de la Salud Infantil. Pues bien, esta vacuna la tenemos al alcance de todos, existe desde tiempos inmemoriales y es la LECHE MATERNA."

Beneficios para el bebé

  • Ayuda al recién nacido a expulsar el meconio.
  • Tiene un papel fundamental en la maduración del Sistema Inmunológico propiciando tanto la inmunidad pasiva (protección directa recibida de la madre mientras es amamantado por ella) como la inmunidad activa (la desarrollada por el propio niño en su vida, a largo plazo).
  • Menor riesgo de infecciones como diarrea, infecciones respiratorias (catarros, gripes, bronquiolitis, bronquitis, neumonía), otitis, infecciones urinarias, meningitis, etc.
  • Menor riesgo de enfermar y/o necesitar hospitalización en el primer año de vida. También ayuda a la rápida recuperación en el caso de que se produzca.
  • Menor incidencia de desarrollo de enfermedades autoinmunes como alergias, asma, leucemia, diabetes tipo 2, enfermedades crónicas intestinales... etc.
  • Menor riesgo de trastornos metabólicos como obesidad en la edad adulta, o diabetes.
  • Menor riesgo de muerte súbita.
  • Proporciona un sustrato físico para el vínculo materno-infantil debido a la producción de hormonas como la oxitocina y endorfinas. Esto favorece un mejor desarrollo emocional y psicológico.
  • El amamantamiento favorece un mayor contacto físico y visual así como más comunicación verbal de la madre hacia su bebé, lo que estimula a su vez la capacidad verbal del niño y su comunicación en general.
  • Ayuda a un mejor desarrollo del cerebro y del sistema nervioso porque contiene sustancias especiales que hasta ahora la ciencia aún no ha podido imitar, como la gran cantidad de ácidos grasos de cadena larga o el aminoácido llamado "taurina" fundamental en el desarrollo del cerebro humano.
  • Satisface la necesidad de succión del bebé que está relacionada con el desarrollo de diferentes capacidades del cerebro como la estimulación temprana y el desarrollo sensorial.
  • Asegura el desarrollo de una estructura maxilofacial adecuada. Al succionar del pecho, el bebé realiza un esfuerzo regular con la boca y la mandíbula que no hace con el biberón. Los niños de pecho suelen tener menos problemas dentales y correcciones ortodóncicas.
  • Nutricionalmente, la leche materna es el mejor alimento para el bebé, porque tiene todo lo que él necesita y en las cantidades correctas para que crezca más sano, fuerte y seguro. Contiene la proporción idónea de proteínas, grasas, azúcares, minerales y vitaminas para el desarrollo óptimo del bebé y que la ciencia aún no ha podido imitar. La leche materna se adapta a las necesidades digestivas del bebé, evolucionando su composición en los primeros días en función de las necesidades: calostro (leche que se produce los primeros días que es más rica en proteínas y ayuda a la expulsión de las primeras heces), leche de transición, de composición intermedia y leche definitiva que se mantendrá durante toda la lactancia. Tiene la composición ideal y completa para cada momento. Se produce en la cantidad justa y necesaria.
  • Permite una absorción mejor de las vitaminas gracias a la lactoferrina que contiene. En general, todas las vitaminas y minerales de la leche materna son absorbidos por el organismo del bebé de una forma completa, lo que no ocurre cuando las ingiere en otros alimentos o si le son administrados en preparados sintéticos.
  • La digestión de la leche materna es mucho más fácil y rápida. El tiempo medio de evacuación gástrica de la leche materna es de hora y media, mientras que el de las fórmulas adaptadas basadas en leche de vaca es de tres horas. Disminuye las posibilidades de cólicos del lactante.
  • La inimitable fórmula de la leche materna es exclusiva para cada niño, cambia de composición desde el principio de la toma hasta el final, siendo al final cinco veces más rica en grasa. Es el único alimento vivo para él. La composición de la leche materna también varía en las distintas tomas y a lo largo del crecimiento del bebé, atendiendo a sus diferentes necesidades.
  • Siempre está a la temperatura adecuada y al no tener que manipular biberones ni tetinas se evitan riesgos posibles por una esterilización o manipulación incorrecta. Es decir, disminuye la exposición a los agentes patógenos de los alimentos, líquidos y utensilios contaminados. Es bacteriológicamente segura y está siempre fresca (no caduca, no se enrancia).
  • Contiene agua suficiente para satisfacer la sed del bebé por lo que protege contra la deshidratación. Incluso en los lugares y días más calurosos no es necesario darle agua, zumos o infusiones aunque sí se debe amamantar más a menudo y la madre debe beber más líquido.
  • Cuida la piel del bebé pues contiene ácido linoleico, que ayuda a un buen mantenimiento de ésta.
  • El bebé que mama a demanda suele llorar menos ya que sus necesidades son satisfechas de forma inmediata.

Para la madre

  • El hecho de poner al bebé al pecho en el momento del parto ayuda a la madre a expulsar más fácilmente la placenta debido a la producción de oxitocina que se produce cuando el bebé mama, intensificando las contracciones y facilitando así el alumbramiento.
  • Evita las hemorragias post-parto y abrevia los loquios, ayudando a que el flujo de sangre sea más fluido y acabe antes, y por lo tanto reduciendo la posibilidad de anemias.
  • Facilita que el útero recupere antes su tamaño y posición (gracias de nuevo a la acción de la oxitocina), y la mujer la figura.
  • Se recuperan antes las reservas de hierro debido a la ausencia de regla (amenorrea) que produce el amamantamiento.
  • Menor incidencia de la depresión post-parto debido a la producción de oxitocina y prolactina que ejercen un efecto euforizante y tranquilizador.
  • Refuerza la autoestima de la madre.
  • Favorece el vínculo amoroso materno-infantil debido, como se ha dicho anteriormente, a la producción de hormonas y al mayor contacto físico. Esto hace que la mujer disfrute más y esté más motivada para relacionarse con su hijo y atenderle.
  • Hay una menor incidencia del cáncer premenopáusico de ovario (20%). Menor incidencia también del cáncer de mama. 12 meses de lactancia reducen un 4,3% los riesgos de padecer cáncer de mama. Una lactancia de 12 a 24 meses reduce el riesgo de cáncer de mama en un 8,6%. Una lactancia de más de 24 meses (aunque sea entre varios hijos) reduce un 12,9% los riesgos de padecer cáncer de mama.
  • Menos incidencia de osteoporosis y rotura de cadera en la edad menopáusica.
  • Menor incidencia de diabetes tipo 2. Si la lactancia dura 12 meses con un sólo hijo, se reduce un 44% el riesgo de padecerla. Si la lactancia dura 12 meses entre varios hijos, el riesgo de padecer diabetes tipo 2 se reduce al 24%.
  • Menos artritis reumatoide. La lactancia de 12 a 24 meses reduce riesgo de padecer artritis reumatoide en 20%. La lactancia de 24 meses o más reduce los riesgos de padecer artritis reumatoide en un 50%.
  • Aumenta el intervalo entre nacimientos protegiendo a la madre de otro embarazo en un 98%, gracias a la infertilidad natural, siempre que se den estas tres condiciones: que se lacte a demanda y sin pausas nocturnas, que el bebé no reciba otros alimentos ni bebidas y que haya ausencia de regla durante los 6 primeros meses.
  • Favorece la recuperación del peso de antes del embarazo de una forma gradual.
  • Facilita la salida de casa de la mujer y la consiguiente reincorporación social al no tener que transportar utensilios para la alimentación del bebé.
  • Le permite no tener que dedicar tiempo a la preparación de la comida de su bebé.
  • La madre que lacta a demanda suele disfrutar de un bebé que apenas llora ya que sus necesidades son atendidas de forma inmediata y eso contribuye a su tranquilidad y bienestar.

Para bebés con necesidades especiales

  • Bebés prematuros: Las mujeres que tienen un parto prematuro producen durante un mes la llamada "leche del pretérmino" que se adapta a las necesidades especiales de este recién nacido. Es la idónea para su pequeño por su alto contenido en nutrientes y por sus propiedades antiinfecciosas. Las proteínas del suero de la leche materna contienen los nueve aminoácidos esenciales para todo ser humano, pero especialmente para los prematuros. Esta leche tiene un mayor contenido en proteínas, grasas y calorías. La concentración de nitrógeno también es superior, así como las cantidades de algunos minerales como calcio, fósforo, magnesio y sodio. Sin embargo, esta leche es más pobre en lactosa y vitamina C que la leche madura producida para un niño nacido a término. Por esto, la lactancia natural ayuda a estos bebés de alto riesgo a ganar peso más rápidamente, reduciendo así su estancia en el hospital.
  • Síndrome de Down: Físicamente son más propensos a las infecciones y, debido a la alteración que sufren en su desarrollo, evolucionan mejor con estímulo y afecto siendo esencial el contacto corporal y la comunicación mientras maman. El pecho, además de alimento, le ofrece al niño consuelo y cariño, y es una fuente continua de estimulación de los sentidos. Los movimientos de succión al pecho le ayudan a fortalecer la musculatura facial, lo que repercutirá favorablemente en la masticación y el habla. Por otra parte, ayuda a la madre a asumir la nueva situación.
  • Labio Leporino y Fisura Palatina: También en estos niños es importante estimular la succión para que fortalezcan la lengua y los músculos de la mandíbula. A veces el mismo pecho se adapta y cierra el defecto del labio para evitar que pase aire durante la succión.
  • Otros: La mayoría de estudios demuestran una ventaja significativa de la lactancia materna respecto a la lactancia artificial en bebés con diferentes dolencias.

Para la familia

  • Favorece el ambiente de calma familiar debido a que hay menos llantos, menos enfermedades y menos gastos, reduciendo así los factores que causan irritación, preocupación y estrés.
  • El ahorro económico es significativo al prescindir no solo del gasto que conlleva la adquisición de leches artificiales, suplementos, biberones, tetinas y productos para esterilizar sino que tampoco se producen los ocasionados por tratamientos médicos, no solo durante la lactancia sino a lo largo de la vida del niño, al reducir las posibilidades y frecuencia de la enfermedad. Este factor que puede parecer de segundo orden en una sociedad opulenta, cobra mayor importancia en situaciones desfavorecidas y tiempos de crisis.
  • La llegada de un bebé siempre altera la cotidianidad familiar. El no tener que dedicar un tiempo extra a la compra, preparación y esterilización de los alimentos ayuda a reducir el estrés.
  • Evita rigidez de horarios: aunque la lactancia materna requiere una técnica, se trata de reglas mucho más sencillas e intuitivas que las que precisa la preparación y la administración de biberones (donde se pueden dar casos de sobrealimentación por emplear dosis incorrectas). La rigidez de horarios que implica la administración de biberones puede ocasionar estrés y desajustes entre la familia y el bebé.
  • Ya que la madre es la única que puede ocuparse de la alimentación del bebé, el resto de la familia deberá encontrar formas de colaborar que pasan necesariamente por cuidar y atender a la madre, lo que refuerza el vínculo amoroso entre todos los miembros.

Para la sociedad y el medio ambiente

  • Los niños alimentados a pecho requieren menos atención médica y menos hospitalizaciones, por sufrir menos infecciones y alergias. Por eso se puede asegurar que reducen los gastos sanitarios.
  • La lactancia materna es ecológica al ser una alimentación que respeta el medio ambiente: no interviene en el proceso de transformación que sufre la leche artificial hasta su venta y consumo, pasando por la enorme cantidad de sustancias de deshecho que genera.
  • Ahorra energía tanto en la producción como por no tener necesidad de transporte, conservación ni esterilización.
  • Minimiza los residuos: menos plásticos y caucho de biberones y tetinas, botes de leche artificial, cartón y vidrio, papel de etiquetado...
  • Mejora la supervivencia infantil: en el mundo en desarrollo, los niños que no son amamantados corren un riesgo de muerte entre diez y quince veces mayor durante los tres y cuatro primeros meses de vida. Entre las poblaciones pobres del mundo industrializado, la morbilidad infantil va en aumento como resultado directo de la alimentación con biberón que es insuficiente y, a menudo, carece de esterilización. Lamentablemente, es entre la población más pobre y menos desarrollada donde hay más tendencia a la alimentación con biberón.
  • Ahorro de recursos humanos y materiales en los hospitales ya que no tienen que emplearlos para alimentar de forma artificial a los bebés ni para combatir las enfermedades e infecciones que ocasiona este método.
  • Mejora de la salud general de la población. Esto conllevaría una mejora económica al reducir las bajas laborales por enfermedad y al disminuir el gasto sanitario público.
  • Mejora de la salud general de la población. Esto conllevaría una mejora económica al reducir las bajas laborales por enfermedad y al disminuir el gasto sanitario público.