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Grupos de apoyo

Los grupos de apoyo surgen como necesidad para apoyarse entre iguales, gente que comparte una situación parecida.

Antiguamente las mujeres lactantes pertenecían a un grupo de apoyo natural: familia, amigas, vecinas..., había una cultura de lactancia que iba pasando de unas a otras de forma espontánea. Con la implantación de la lactancia artificial esta red de apoyo desapareció y algunas mujeres hemos tenido la necesidad de crear otra desde la que compartir, ayudarnos y sentirnos bien.

De hecho, el grupo de apoyo es tan importante que la IHAN lo recoge como un requisito más en su decálogo. Los centros sanitarios deben informar y animar a la madre para que se ponga en contacto con los grupos de apoyo locales.

Una constante en las madres que amamantan es el sentimiento de soledad a lo largo del día. Están cansadas, pasan muchas horas solas cuidando a su bebé, apenas tienen tiempo para charlar y compartir y la gente de alrededor no siempre comprende sus sentimientos respecto a la crianza.

Un grupo de apoyo ofrece las condiciones para que madres que amamantan o han amamantado se junten para resolver sus dudas, buscar información, intercambiar experiencias, desahogarse, escuchar diferentes posibilidades y decidir qué se quiere hacer.

Es un grupo "horizontal", es decir, aunque el grupo tenga monitoras que conducen las reuniones y que dan información, no son ellas las que "aconsejan" a la mujer recién llegada, de hecho se evita el "aconsejar"; más bien lo que se pretende es, entre todas las asistentes, poner al alcance de la nueva madre la información de que se dispone, ya sea teórica o vivencial, y que sea la propia madre la que tome la decisión que más la convenza o con la que más se identifique en su planteamiento de vida.