Destete
El destete es otra etapa más en la lactancia y no existe una fórmula universal que sirva para todas las familias. Sin embargo, llegado este momento, podemos acompañaros y compartir nuestras experiencias. ¡Os animamos a acudir a nuestros encuentros!
Recomendaciones para el destete
Lo ideal es planear el destete de manera gradual, adaptándose al tiempo disponible y al patrón de lactancia del bebé. Aquí compartimos algunas pautas útiles para llevar a cabo este proceso con calma y respeto:
- El destete parcial permite a la madre eliminar algunas tomas como si estuviera iniciando un destete completo, pero seguir dando la teta en el resto de las tomas.
- Realizar el destete paulatinamente: eliminar una toma al día cada dos o tres días. Esto facilita una lenta reducción en el volumen de leche.
- El destete debe hacerse lo más despacio que la situación lo permita. La edad del bebé determina los alimentos que se le pueden dar en sustitución de la leche materna. Con un bebé menor de nueve meses, el destete implica la sustitución del pecho por el biberón, siempre consultando al pediatra el tema de la leche artificial.
- Si la madre siente molestias en el pecho, puede extraer un poco de leche para aliviar la sensación de «pecho lleno», evitando sacar más de lo necesario para prevenir la ingurgitación mamaria.
- La lactancia es más que alimentación: también es una fuente de consuelo y vínculo afectivo. Por eso, un destete gradual es preferible, permitiendo a la madre reemplazar la lactancia por otros momentos de atención y cariño.
¿Por qué evitar un destete repentino?
Un destete repentino puede generar en el bebé la sensación de pérdida del amor y consuelo que encuentra en la lactancia. Es por ello que se recomienda hacerlo despacio y con empatía, respetando las emociones del bebé y de la madre.